EL EJÉRCITO DE RESERVA

Sobre la comprensión del paro, según las tesis marxistas

Para la escuela marxista ningún fenómeno social histórico puede comprenderse fuera del contexto de la lucha de clases. Esta es, pues, y dado el carácter dialéctico del marxismo, el motor de la historia. En este sentido el marxismo otorga una herramienta holística de comprensión de la realidad social en contraposición con el reduccionismo (neo) liberal. La sociedad es algo más que la suma de los individuos. Estos individuos forman parte de clases cuya relación explica gran parte de la realidad social. El fenómeno del paro para la escuela marxista no es sino un instrumento más de dominación para quienes tienen derecho de vida o muerte sobre los trabajadores: la burguesía.

Marx explicaba que la cosificación del trabajo era una constante dentro del sistema capitalista. Esto es: la fuerza de trabajo es una mercancía más, con una particularidad: ser la única mercancía cuyo uso inserta valor en otras mercancías. Por ejemplo: el trabajo del cantero (trabajador en la cantera), el serrador y el empaquetador han convertido al filón de mármol escondido en el subsuelo en losas con valor en el sector de la construcción. Entendiendo que el salario es el precio de alquiler de la fuerza de trabajo: ¿qué mecanismos posee el capitalista para reducirlo y aumentar así su cota de beneficios? El mecanismo clásico para cualquier mercancía: aumentar su oferta. Así, los y las paradas son el ejército de reserva de la mano de obra. Aumentando la oferta de tan distinguida mercancía, es decir, de mano de obra, conseguimos degradar salarios y condiciones laborales. Es por ello que la clase capitalista necesita de la existencia de parados y paradas. Es por ello que la clase capitalista demanda la degradación o eliminación de los subsidios por desempleo, pues al empobrecer más al parado, éste estará más predispuesto a aceptar peores condiciones laborales. Para el capitalista el subsidio por desempleo es una distorsión del mecanismo que media entre aumento del ejército de reserva y depresión del salario.

Verifiquemos si nuestra tesis es válida para comprender los procesos sociales. A partir de finales de la década de los años 70, cuando comienzan a desarrollarse y aplicarse todas las medidas que darán lugar a la era neoliberal, se acuña un término para designar un fenómeno que comenzará a hacerse habitual en los países del centro de la economía: paro estructural. Hasta ese momento la existencia de paro era considerada como un fracaso de la sociedad, pero necesariamente está operando un cambio de mentalidad en el que se acepta con normalidad cierto número de trabajadores en paro. Mientras las privatizaciones y las deslocalizaciones aumentaban el ejército de reserva, la existencia de éste era necesaria para las posteriores reformas laborales en las que se degradaban condiciones laborales y se reducían los salarios, fundamentalmente de los trabajadores más jóvenes. Así son las sinergias entre las distintas patas del programa neoliberal en estos países. Los ejemplos más claros en nuestra historia reciente los tenemos en el hecho de que las reformas laborales más regresivas han sido impuestas en momentos de crisis que venían acompañados con tasas de paro elevadas: 1994 (Felipe González), 2010 (Zapatero) y 2012 (Rajoy). En la crisis actual, con más de 5 millones y medio de parados, los salarios nominales han caído tanto en el sector público como en el privado. Paradójicamente las reformas laborales no sólo no sirven para crear empleo, sino que además éstas afianzan la existencia del ejército de reserva que las parió al extender la flexibilidad laboral a los horarios, la movilidad, las vacaciones, etc. De hecho, tras la agresiva reforma laboral de los populares, éste ha sido el primer año en el que el repunte del turismo en el mes de julio no se ha traducido en un aumento similar de las contrataciones en el sector, haciendo que por primera vez en mucho tiempo el balance general durante dicho mes sea a favor de la destrucción de empleo. El reclutamiento en el ejército de reserva favorece el aumento de la explotación laboral.

Las tesis marxistas ponen sobre la mesa que las relaciones existentes entre reformas laborales y tasa de paro no son sino una de las formas en las que, de nuevo, se expresan las relaciones antagónicas entre clases sociales. Y esto es necesario comprenderlo desde una perspectiva de clase. De modo que cuando albergamos y reproducimos tópicos sobre la naturaleza ociosa de aquellos que cobran ayudas por desempleo o el PER en el campo, debemos como mínimo preguntarnos: de dónde y en interés de quién nace dicha idea. Encontraremos que replicando tales discursos, estamos actuando en contra de los intereses de la clase a la pertenecemos. Por tal motivo es importante comprender cómo se explica el paro desde las distintas tesis socio-económicas.